Si, lo admito; soy una celosa. ¿Celos? No, lo siguiente.
Y si, también admito que soy orgullosa. Mi orgullo hasta surca mares.
Y después puedo ser una prepotente, y que más...
Ah, sí. Soy egoísta, agarrada, hipócrita, egocéntrica, demasiado perfeccionista, mal hablada, de vez en cuando anti social, me gusta reflexionar a solas, tengo muy mal humor por las mañanas, a veces soy demasiado protectora, no soporto a mi madre(pero eso en parte es porque ella no me soporta a mí), soy una desordenada, no entiendo por qué tengo que hacer la cama por las mañanas si me voy a volver a acostar, tiendo a contestar mal cuando no quiero hablar, soy una maleducada y este año he decidido que NO ME DA LA REAL GANA DE ESTUDIAR.
 Y seguramente me quede corta escribiendo esto sobre mí. Tengo muchos defectos, demasiados. ¿Y quién no?
Y sin embargo, cuando estoy con él soy la persona más dulce del mundo. Porque de repente me pongo de buen humor, me sale la risita tonta y me pongo roja como un tomate simplemente porque me ha mirado más de la cuenta.
Porque nuestra personalidad cambia dependiendo de con quién estemos...
Porque todos tenemos defectos, y eso nos hace únicos.