No le conozco.
No sé si le gusta el negro o, en cambio, prefiere el blanco.
No estoy segura de si le gusta más montar en long o en skate. O de si en un día nublado se quedaría en casa o se arriesgaría a salir para mojarse.
No tengo ni idea de cuál es su comida preferida. Ni de si le gustan más las Vans, las DC o las All Star.
Tengo la intuición de que no saca muy buenas notas. Y de que tiene mucho más fondo del que muchas personas creen.

Apostaría algo a que es incapaz de salir de su casa sin una gorra. Y también a que sufre más de lo que aparenta.

Creo que es amable, simpático, gracioso y hasta puede que cariñoso; pero hoy por hoy, sólo conozco su etapa de tímido.

Puedo asegurar que su voz suave y baja me gusta, que su pelo negro me está volviendo loca  y que su sonrisa consigue ponerme cara de alelada.

                    ...Pero...

¿Perro o gato? ¿Campo o playa? ¿Sol o lluvia? ¿Sonrisas o lágrimas? ¿Papel u ordenador? ¿LIbros o revistas? ¿Moto o coche?

Creo que no sería capaz de responder ni una de estas preguntas sin equivocarme en cada una de ellas.

Y sin embargo, sé con certeza que le quiero.